Tipos

Vinos de Jerez

Dentro de la amplia variedad de tipos de Jerez existen tres grandes categorías: los vinos generosos, generosos de licor y los dulces naturales.

GENEROSOS

Manzanilla: Vino muy pálido, de un brillante color amarillo pajizo (15º). De aroma punzante y delicado en el que destacan notas florales que recuerdan a la camomila, recuerdos almendrados y aromas de panadería. Al paladar es seco, fresco y delicado. Las especiales características son el resultado de un proceso particular de crianza bajo velo de flor y del microclima de las bodegas situadas en la ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Es un excelente acompañante para todo tipo de tapas, así como de mariscos, quesos suaves, pescado blanco y jamón. Fino Perla: Vino de un brillante color amarillo pajizo a dorado pálido. De aromas punzantes y delicados, con ligeros recuerdos almendrados y notas de masa fresca de pan y hierbas del campo. Al paladar es muy seco, delicado y ligero. En el post-gusto vuelven los recuerdos almendrados, dejando una agradable sensación de frescor. Este vino de 15º es ideal para el aperitivo y todo tipo de tapas, en especial aceitunas, frutos secos y jamón ibérico. Acompañante ideal de mariscos y pescados. Amontillado: Es un vino de un elegante color topacio a ámbar. Su aroma es sutil y delicado, con una base etérea suavizada por aromas de avellanas y vegetales que recuerdan a hierbas aromáticas y tabaco negro. Presenta una entrada en boca amable y una acidez equilibrada. El Amontillado (16-22º) es un vino singular, fruto de la fusión de dos tipos de crianza, la biológica y la oxidativa, lo que hace de los amontillados vinos extraordinariamente complejos e interesantes. Además de aperitivos, es aliado perfecto de las carnes blancas, el pescado azul y los quesos curados. Oloroso: Vino de 17 a 22º de un color ámbar a caoba, más oscuro cuanto más prolongada sea su crianza. Sus aromas son cálidos y redondos, y como su nombre indica son complejos y potentes (aromas pronunciados de nuez, con notas tostadas, vegetales y balsámicas que recuerdan la madera noble o el tabaco rubio). En boca son vinos sabrosos y muy estructurados. Potentes, redondos y con mucho cuerpo. Adecuado para tomar antes de las comidas, así como con la caza y las carnes rojas. Palo Cortado: Vino de gran complejidad que conjuga la delicadeza aromática del amontillado y la corpulencia en el paladar del oloroso. De color castaño a caoba, su aroma presenta una gran variedad de matices. Su paladar resulta a la vez redondo, profundo y voluminoso. Es el vino de meditación por excelencia, aunque va muy bien con quesos curados, consomés y determinados guisos.

GENEROSOS DE LICOR

Medium: De color ámbar a castaño oscuro, de aromas licorosos con notas propias del amontillado e inclusiones suavemente dulzonas como de bollería, dulce de membrillo o manzana asada. En boca presenta una entrada ligeramente seca que se va tornando dulce para terminar con un postgusto vaporoso y suave. Apropiado para acompañar patés y quiches. Cream: Vino de color castaño a caoba oscuro y aspecto untuoso. Con marcada nariz de oloroso, conjuga notas dulzonas como las de los frutos secos, y tostadas, como el turrón y el caramelo. En boca resulta goloso, de textura aterciopelada; con un dulzor equilibrado, un recorrido seductor y elegante y un regusto largo. Es un excelente acompañante de postres, así como copa larga con hielo.

DULCES NATURALES

Pedro Ximénez: Vino de color ébano, en nariz ofrece aromas extremadamente ricos, con predominio de las notas dulzonas de frutos secos tales como pasas, higos, dátiles, acompañados de aromas de miel, arrope y frutas en compota y confitada. En boca resulta aterciopelado y untuoso, y un final muy largo y sabroso. Es ideal para los postres o la merienda, pues acompaña a la perfección a la respostería. Moscatel: Vino de color castaño a caoba intenso. En nariz destacan las notas varietales características de la uva moscatel, pudiéndose apreciar también aromas florales de jazmín, azahar y madreselva, así como notas cítricas como de lima o pomelo, junto con notas dulzonas. Su paladar presenta un dulzor sobrio, destacando los sabores varietales y florales, con un final ligeramente secante y amargo. Es un buen acompañante para la repostería.