Edad Moderna e inversiones extranjeras

“Si yo tuviera mil hijos, el primer principio humano
que les enseñaría sería hacerles abjurar de las bebidas insípidas y dedicarse al Jerez”, William Shakespeare
(Enrique lV, ll parte).

Tras el descubrimiento de América, comerciantes genoveses se instalan en el marco de Jerez atraídos por la corriente de comercio que se habría con las Indias. A estos comerciantes genoveses compra Magallanes 417 odres y 253 toneles de Vino de Jerez antes de iniciar su viaje, siendo pues el primer vino que da la vuelta al mundo.

El Vino de Jerez tenía el privilegio de la reserva de un tercio de la carga de los buques que comerciaban con América, pero su venta se verá entorpecida por la acción de piratas que se hacen con los cargamentos de la flota y los venden en Londres, convirtiéndose sin saberlo en los primeros comerciales e introductores del vino de Jerez en Inglaterra.

El botín vinícola más importante lo consiguió Sir Martin Frobisher, de la flota de Sir Francis Drake, que en 1.587 atacó Cádiz, saqueó Jerez y se llevó consigo 3.000 botas de nuestros vinos. La llegada de este botín a Londres puso de moda el Jerez en la Corte Inglesa, teniendo como principal propulsora a la reina Isabel I, que no dudaba en recomendarlo a sus más allegados. De la popularidad del vino de Jerez en aquellos días dan una idea las obras de Williams Shakespeare, quien daba buena cuenta de unas botellas diarias con su amigo Ben Jhonson en la Bear Head Tavern, citándolo en muchas de sus obras: Ricardo III, Las noches de Epifanía, Las alegres Comadres de Windsor, Enrique IV…

La demanda del Jerez se dispara a lo largo del siglo XIX y numerosos comerciantes ingleses, irlandeses, escoceses y franceses: Fitz-Gerald, O´Neale, Murphy, Gordon, Mackenzie, Sandeman, Haurie (luego  Domecq), Lacave …, deciden establecer sus propios negocios en el “Marco de Jerez” para asegurarse el abastecimiento de sus vinos por los usos habituales del comercio tras ver que en 1.625 Lord Wimbledom intenta de nuevo un ataque a Cádiz para llevarse vinos de Jerez y fracasa. La rentabilidad del Jerez también atrae capitales españoles, sobre todo los llamados “Capitales de regreso”, que venían de las Américas tras la pérdida de las últimas colonias a final del siglo XIX: González, Misa, Espinosa de los Monteros, Berrio, Goitia …