En el año 711 da comienzo la dominación árabe en España, que durará en el caso de Jerez más de cinco siglos. Durante todo este tiempo “Sherish”, nombre que dan los árabes a Jerez, siguió siendo un importante centro de elaboración de vinos a pesar de la prohibición coránica.
La producción de pasas para alimentar a las tropas en la Guerra Santa y la obtención de alcohol con fines medicinales fueron usadas como argumento por los viticultores jerezanos muy hábilmente para impedir el arranque total de las vides y la prohibición de elaborar vino ordenada por el Califa Alhaken II, convencido por su visir Almanzor.